lunes, 12 de septiembre de 2016

Dinamarca en bicicleta (2ª parte)

No pretendemos ser una guía de viajes ni un sitio de referencia, pero consideramos que otras personas pueden beneficiarse de la experiencia que hemos vivido. Siempre recomendamos tomar los consejos con moderación, estar abiertos a que la experiencia que vamos a vivir no siempre se corresponda con la información previa que otras personas nos han dado, porque siempre hay un punto subjetivo cuando explicamos las vivencias. Además, siguiendo el proverbio "si una persona dice que te pareces a un camello, no le hagas caso; si te lo dicen dos, mírate al espejo", contrastar la información es algo fundamental.

Os dejamos algunas conclusiones que sacamos de nuestra experiencia en Dinamarca.

El clima
en
Dinamarca es muy cambiante. La ausencia de grandes cadenas montañosas supone que no haya barreras verticales para las nubes, por lo que no se estancan en su camino. Observando el cielo, nos sorprendía la velocidad a la que viajaban las nubes. Esto provoca que la lluvia aparezca y desaparezca en cuestión de minutos por lo que el chubasquero debe viajar en un lugar accesible. Un elemento climatológico más constante es el viento, que nos acompañó durante gran parte del viaje dificultando el pedaleo. En cuanto a la temperatura, a pesar de ser agosto sufrimos altas temperaturas en pocas ocasiones, con medias entre 12 y 25 grados.

Los daneses. Bien conocido es el argumento de que los latinos somos cálidos y simpáticos. Cuando salimos hacia el norte de Europa, la población es más celosa de mostrarse abierta a los visitantes. Así lo sentimos en Dinamarca, en todas las partes del país, de norte a sur y de este a oeste. Tenemos un par de amigos daneses que son muy agradables, por eso nos chocó un poco la frialdad que observamos en los daneses, pero hay que entender que somos nosotros los visitantes y debemos de adaptarnos a las características personales de los locales.

La comida danesa. Muy poca información podemos dar sobre este tema. No comimos en restaurantes locales y la única vez que preguntamos sobre un restaurante para comer comida típica danesa nos aconsejaron "ir al supermercado" (textual). Pero si podemos puntuar bien alto la pastelería de la zona. Goza de una alta estima y nosotros pudimos comprobarlo bien. Hay muchas pastelerías y de alta calidad.

Comida para el viaje. Bien sabido es que la vida en Dinamarca es algo más cara que en España. Es cierto. Pero con una buena organización de compra es sencillo realizar un viaje como el nuestro y hacer algo más económico. Aunque en Dinamarca puedes encontrar de todo, nosotros llevamos algunas cosas compradas desde España por dos motivos. Primero porque de esta manera evitábamos tener que perder tiempo el primer día de ruta para ir a la compra; segundo para ahorrar algo de dinero y aprovechar la maleta la facturada que incluía el billete de avión.

Campings. Debemos reconocer que no somos expertos en esta materia, de hecho esta ha sido nuestra primera experiencia. Sin embargo, cuando hemos trasladado nuestra experiencia a otras personas que entienden del tema, han reconocido la alta calidad de los campings daneses. En total, hemos pernoctado en ocho distintos. Los precios oscilan entre 25 y 32 euros, incluyendo dos personas y tienda de campaña. En este precio está incluida la utilización ilimitada de la cocina de gas, fregaderos para los utensilios de cocina y aseos. En algunos campings también esta incluido el uso ilimitado de la ducha, mientras que en otros este servicio se paga por tramos de minutos, pero es un gasto que ya está incluido en el precio medio que hemos indicado. Todos los campings tienen wifi, en algunos es gratuito y en otros hay que pagar un extra, que en este caso no hemos incluido en los precios medios porque nunca lo contratamos. La electricidad no esta incluida, pero en las cocinas siempre hay enchufes que puedes utilizar para cargar móviles o cámaras mientras estás cocinando. Otro servicio con el que se cuenta, también de pago, es el de lavadora y secadora. En general, todos los campings están muy limpios y en muy buen estado.






Dinero. En Dinamarca la tarjeta es el medio más común de pago, pero nosotros optamos por llevar dinero en efectivo. En ambos casos, la banca nunca pierde y al cliente le toca pagar una pequeña comisión. Mientras que al cambiar efectivo la casa de cambio o el banco se lleva un comisión y te hace un cambio beneficioso para sus intereses, cada vez que pagas con tarjeta tu entidad bancaria puede hacer lo mismo dependiendo de las condiciones de tu contrato. A nosotros nos cargaron comisiones entre noventa céntimos y un euro con diez céntimos por cada pago con tarjeta. La diferencia es que si decides cambiar dinero en efectivo, ya sabes de antemano cuanto has pagado de comisión, mientras que si decides llevar la tarjeta y pagar con ella el total de comisiones que pagues dependerá del número de veces que utilices la tarjeta. Según nuestros cálculos, hay muy poca diferencia entre lo que hemos gastado y lo que hubiésemos gastado en caso de haber utilizado la tarjeta.

Alquiler de bicicletas. Sobre este tema habría mucho que hablar. La principal conclusión que sacamos es que es que es aconsejable llevar tu propia bici, siempre que tengas una buena máquina y posibilidad de llevarla. Nosotros alquilamos las bicicletas en Copenhague por unos 140 euros por diez días. En nuestro caso, las bicis que alquilamos eran buenas pero habían conocido tiempos mejores, por lo que requirieron que le realizáramos algunos ajustes.
Es difícil que una bici alquilada llegue a ofrecerte el confort de tu propia bicicleta, que tiene todos los ajustes a tu medida. Además puedes encontrarte con que el estado de las bicis no sea el mejor una vez que la recoges. La opción de llevar tu propia bicicleta requiere pagar el billete a la compañía aérea y comprar una caja especial para el transporte. Así que cada uno debe valorar si es más beneficioso llevar su propia bici o alquilar una, dependiendo de precios e inconvenientes de cada opción.
En el caso concreto de Copenhague, hay una gran cantidad de tiendas de alquiler bicicletas. Puedes elegir una tienda previamente al viaje por internet, preguntando precios y dudas por correo electrónico o teléfono. En el caso de llegar y encontrar que la bici que te ha tocado no es de tu gusto, puedes buscar otra tienda. 






Por supuesto, estas son solamente algunas pistas que quizás puedan ayudar a alguien que quiera visitar Dinamarca. Como comentamos al inicio de la entrada, son conclusiones basadas en nuestra experiencia personal, no son una realidad absoluta. A nosotros nos ayudaron mucho otros blogs personales, esperemos que este pueda ser también de ayuda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario